Educación y liderazgo con rasgos preventivos han sido mi interés en los últimos años. Constatar que todo ser humano es capaz de una mejor versión de sí mismo día con día impulsa a proponer maneras de ser mejores líderes educativos para el mundo.

El liderazgo preventivo es un arte. El desarrollo del líder con rasgos de preventividad es una delicada tarea de acompañamiento, de proyecto de vida compartido, de metas intencionadamente propuestas y de valores asimilados por quien facilita la experiencia de crecimiento personal. 

Un arte educativo que toca las fibras más sensibles de todo líder auténtico: el corazón. Corazón entendido como el centro de la toma de decisiones, como el lugar donde los afectos se hacen presentes con nitidez, como el punto de encuentro donde la voluntad y la razón convergen, como el horizonte en el que el sentido de la vida roza y se entrelaza con la apertura a la trascendencia.

Un arte que requiere expertise y experiencia para descubrir lo mejor en cada persona, y que pide paciencia y esperanza para acompañar hasta el pleno desarrollo de todo ser humano. Es lo que pretendo en cada una de mis propuestas de capacitación, en muchas de mis intervenciones y en todas mis publicaciones.

Trabajo con un paradigma de convergencia vinculando el desarrollo organizacional con la labor personal del líder de responderse a las preguntas más fundamentales de su existencia.

Un líder que se ejercite en preventividad, asegura el ejercicio de su liderazgo con menos conflictos y una mejor capacidad de articular, socializar, dar dirección y alcanzar, con empeño compartido, los objetivos organizacionales. 

​Dr. Alejandro Rodríguez Rodríguez